El océano impulsa los sistemas mundiales que hacen de la Tierra un lugar habitable para el ser humano. Nuestra lluvia, el agua potable, el tiempo, el clima, los litorales, gran parte de nuestra comida e incluso el oxígeno del aire que respiramos los proporciona y regula el mar.
Una gestión cuidadosa de este recurso mundial esencial es una característica clave de un futuro sostenible. No obstante, en la actualidad, existe un deterioro continuo de las aguas costeras debido a la contaminación y a la acidificación de los océanos que está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad. Asimismo, también está teniendo un impacto perjudicial sobre las pesquerías de pequeña escala.
Proteger nuestros océanos debe seguir siendo una prioridad. La biodiversidad marina es vital para la salud de las personas y de nuestro planeta. Las áreas marinas protegidas se deben gestionar de manera efectiva, al igual que sus recursos, y se deben poner en marcha reglamentos que reduzcan la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos.
Acciones diarias para transformar nuestro mundo
- Trabaja regularmente como voluntario en grupos comunitarios para retirar la basura de las playas cercanas.
- No compres joyas y otros artículos hechos de coral, caparazones de tortuga u otros seres vivos marinos.
- Come alimentos locales sostenibles.
- Apoya a organizaciones que protejan los océanos.
- Usa menos productos plásticos, que suelen terminar en los océanos causando la muerte de animales marinos.
- Respeta la legislación relativa a la sobrepesca.
- Infórmate sobre las actividades oceánicas viendo películas y documentarios educativos.
- Evita comprar peces salvajes capturados en el mar para tu acuario.
- Limita tu huella de carbono para así reducir el calentamiento del planeta, que afecta a la vida submarina.
- Practica actividades recreativas responsables, como paseos en barca, pesca, buceo y piragüismo.